martes, 27 de julio de 2010

Ecos

Nada, nada.
Nada.
Nada.
Nada, nada, nada.

Pero la nada está tan llena del espacio vacío que dejas.

Un impulso inútil, una prosa inverosímil.
Nada de lo que digo puede hacerme regresar.

Es que, si te fijas bien,
ni siquiera podrás lograr ese "irme de ti" que disimulas.

Y mis canciones y mi pseudo poesía de pacotilla.
Pero sobretodo mis canciones...

Las canciones no se prestan ¿sabes?,
las canciones mías se quedan conmigo, eso es bien sabido.

Aunque el tocadiscos ya no suene en tus oídos, seguirán sonando en tu memoria.
La memoria que es más vil que tú.
Que te recuerda domingos que se perdieron.
Que te recuerda que cada sílaba de cada palabra de cada oración
fue cantada primero por nuestras voces.

1 comentario:

Myself dijo...

muy... fluido y dejado..

... me gusto