sábado, 28 de febrero de 2009

Cosas que no se dicen

"Hay cosas que no se dicen y mueren en los corazones" -Ale Sanz-
Te estas fiando descaradamente de tu capacidad superior de hacer temblar mis rodillas. Estás en confianza plena de que nada ni nadie puede moverte de tu suelo cotidiano. Crees como única verdad que eres capaz de mantener este universo sin hacer esfuerzo alguno.
Y déjame decirte estimado ente generador de sentimientos encontrados:
Al confiado se lo lleva mar de leva.
Y pensar que la única manera es tan sencilla.
Se trata básicamente de cuidar algo que necesita cuidado.
Sencillamente de apreciar y dar valor justo a cada cosa.
Se trata de mantener vivas las situaciones, de hacerlas.
No pienses tú que estás exento de eso.
Refugiándote en viejas excusas leídas en frases ajenas.
Es más sencillo decir -Así soy,no cambio- que pensar que hay maneras siempre de ser mejor.
Y mi enemiga acecha de frente. Se llama costumbre y rutina.
Al ceder ganarás, pues no siempre tengo yo la razón, o tú, o nadie.
Pero no disfruto mirarte disfrutar sol@.
Odio mirate disfrutar sintiendo que yo sólo te miro... a lo lejos.
Lo más lejos posible que es donde me has colocado -al parecer- sin reparos.
Y es que... cómo habría yo de saber quién tiene razón si jamás has abierto la boca para decirme lo que realmente quieres.
Porque aquél que no dice nada, aquel que calla y sonríe no es más que un mentiroso
El que omite la realidad sencillamente ha hallado la manera más categórica de mentir.

jueves, 5 de febrero de 2009

Cucarachas.

Al igual que las tonalidades cítricas de un mal vino medio purpuresco.
Hace las veces de mi bebida energizante. O será solo y exclusivo el aspecto morado de la lengua y de los dientes...
Bueno. Sin dar tantas vueltas me grito a mí misma que no entiendo.
No entiendo cómo volteo mi presente pasado de ahora y lo convierto en un brutal esperpento. Oh qué feo!.
Si, si, si. Cómo evitarme a mí misma la molestia de preguntarme repetidamente -Soy acaso yo?-. Eso si! ni te imaginas la manera correcta de pensar -no, no soy yo... es alguien más- cuando infortunadamente apuntas al medio de mis ojos mientras me dejas caer al suelo como una carpeta que hace un reguero de papel inútil.
Sabes que mucho papel acumulado trae cucarachas?
Y vaya que tu sabes cómo odio y temo a una cucaracha!!...
-Si, sé que es más pequeña que yo; si, sé que no podría hacerme nada, sólo la idea de pensarlo me da nauseas-.
Y así soy yo, y así de enredada está mi cabeza.
Por favor.
Necesito un chancecito nada más. Porque es que uno se cansa. Yo muy particularmente hasta de lo bueno suelo cansarme con una facilidad casi vergonzosa.
Sobretodo si eso bueno es muy dulce. Es que el dulce aparte que engorda, me reseca la garganta.
Gracias a Dios que por lo menos mis labios están a salvo de mis adicciones.
Y es que no vivo sin mi manteca de cacao.
Bueno.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Sin nada que decir.

No tengo tiempo. Tengo tiempo para cansarme y para actuar un papel en un día a día que me obliga a ser esclava. Y si mi verborrea inconstante se detiene de pronto. Pero es que me digo a mí misma que si no hablo yo pues qué?... Y no sería tan de pronto. Sería más bien consecuencia directa de todas las cosas que callo y que eventualmente se convierten en pasado; más bien en demasiado tarde para decirlas o hacerlas.
Pero qué es mi tiempo y qué son mis ansias y en dónde están esos preciados sueños que suprimí como un textico equivocado.
Suprimidos quedan -siempre es posible una reivindicación claro está-
Ya no hay talento. No queda ni una pizca de algo bueno por hacer.
Todos los ciclos terminan y se cierran al cumplirse -aunque luego vuelvan a comenzar-
Necesito frescura.
Besos, inspiración, esperanza, sonrisas.
Necesito eso que ya no tengo. No manejo términos, ni definiciones.
Manejo lo que siento y sólo a duras penas.
Nada puedo decir. Ya no puedo decir lo que quiero.
Porque no sé como hacerlo.
Lo olvidé. No es una bicicleta.