martes, 25 de noviembre de 2008

11/02/2008

Continuar un camino sola puede parecer atemorizante... pero apenas ahora caigo en cuenta de que todo este tiempo estuve sola pensando que estabas tomando mi mano. Yo estaba sola caminando por aquí antes de que llegaras. Y estaba bien. Incluso cuando ya transitabas por aquí y por casualidad chocabas conmigo. Incluso cuando te grité por tu nombre. Cuando por error tomé tus manos dejándome llevar por una confusa sensación.
Esa idea loca de que tu también tomabas las mías.
Al menos yo siempre lo supe... por aquello de que las cosas no eran lo que parecían.
Lo supe. En negación pero lo supe.
Pues aunque mil veces te sentí dentro de mi nunca estuviste ahí. Aunque te veía mirándome sabía que mirabas siempre detrás de mi.
Fue entonces que entendí que ser tan buena me estaba haciendo RAYAR EN ESTÚPIDA. Me hiciste odiar mil y un cosas que antes amaba. No sólo de ti, sino de mi... especialmente de mi.
Fue cuando salí de aquel trance divino. Me vi a mi misma y vi cómo iba yo despertando.
Sigo caminando, y si te fijas bien no hay mucha diferencia entre tu cuerpo indiferente a mi lado y mi soledad. Si lo miras bien de cerquita es lo mismo.
Sólo molesta -debo confesarte- ésta extraña situación de extrañar tu ausencia a mi lado. Me voy percatando de que odio tener que desacostumbrarme a tu olor, aunque por microsegundos parece que ya pasó.
Ya ni recuerdo tu olor cerquita de mi.
Pero sigue molestando lo que tu olor producía en mi. Ese recuerdo si que está fresco.
Si miras bien y por sólo un segundo miras los detalles, verás que sigo de pie. Incluso mejor que tu. Y así iré, y tu te quedarás... atrás tan lejos que ya no podrás regresarte.
A veces creo que me extrañas.
Supongo que tu y yo fuimos. Pasado.
Ya.
Eso es todo.
Fin.
Somos dos caminos paralelos que jamás se tocarán.
Hasta que la vegetación se vuelva más tupida y ya no puedas verme. Ni yo a ti. Jamás.

2 comentarios:

Lo que un día, no será. dijo...

A veces siento que lees mi mente.

me!! dijo...

estoy odiando este mes.